Para 4 personas

  • 150 ml de agua
  • 2 cucharadas de aceite
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 350 g de harina de fuerza
  • 15 g de levadura de panadería.

 

Preparación: 

Vierte el agua templada (no caliente) en un bol y añádele la levadura. Puedes usar levadura deshidratada o levadura fresca, pero debe ser levadura de panadero. Mezcla estos dos ingredientes hasta que se disuelva por completo la levadura.

Agrega las dos cucharadas de aceite de oliva o el que habitualmente emplees en tu cocina. Añade la sal. Dos pellizcos o media cucharada de las pequeñas.

Añade harina hasta obtener una masa espesa. Aproximadamente, se le añade la mitad de la harina. Tapa con un paño de cocina y deja que repose durante 30 minutos.

Transcurrida media hora, la masa ha doblado su volumen y está llena de burbujitas. Las levaduras han trabajado duro durante este primer levado. Ahora, coloca harina en la superficie de trabajo y vierte la masa encima.

Amasa durante 10 a 15 minutos. Al pricipio, la masa es muy pegajosa, ayúdate de la harina para que no se te pegue en las manos. Después de este amasado, déjala encima de la harina y tápala de nuevo con el paño de cocina y deja que haga un segundo levado. Esta segunda fermentación tardará una hora.

Pasada una hora, puede que un poco antes si la temperatura ambiente es alta, la masa habrá vuelto a doblar su volumen. Ahora, sin amasar, estira la masa con un rodillo y colócala sobre la bandeja que habrás untado con un poco de aceite y espolvoreado con harina. En la misma bandeja del horno, estira con las manos la masa para pizza, o bien con la ayuda de un vaso a modo de rodillo. Puedes estirarla como hacen los pizzeros haciéndola rodar en el aire, si te animas! Esto ya es para nota!

Bon Profit.